Literarias/ Cuentos de horror y de suspenso



El don de Morrigan

Esta es la historia de una joven de 16 años llamada Morrigan Westbrook que está a punto de enfrentar consecuencias inesperadas gracias a un don sobrenatural que el mundo le otorgó.

En una mañana de otoño, Morrigan se levantó de su cama a la hora de siempre, desayunó junto a su pequeña hermana de 9 años llamada Katniss, una chica muy seria y reservada para su edad, al contrario de Morrigan que siempre crea un aura de alegría y ánimos en donde esté; pero de todas formas tienen una excelente confianza una por la otra y un irrompible lazo de amistad.

Al llegar de la escuela, Morri entró a su casa y vio a su madre colgar el teléfono, quien con un gesto de insatisfacción en su rostro, miró a su hija y le dijo:
  • Morrigan, empaca tus cosas, nos mudaremos de esta casa mañana

Morri tenía la mirada fijamente centrada en su madre con un gesto de incomprensión en su rostro y exigió una explicación:
  • Pero madre ¿qué sucede?
  • ¿No me has oído? ¡Empaca tus cosas!
  • ¡No hasta oír una explicación!
  • Nos han desahuciado…
  • ¡¿Q-Qué?! ¡¿Por qué?!
  • No es un asunto del que te quiera hablar, nos iremos a la casa de tus abuelos, y no le valyas a decir que nos echaron a Katniss.
  • De acuerdo, madre…

Morrigan no era de visitar a sus abuelos de pequeña ya que eran gente muy extraña para ella…

Al llegar a la casa, su madre tocó la puerta pero nadie respondía por más que golpeara con todas sus fuerzas o llamara al teléfono de la residencia, lo cual fue muy extraño para ella porque exactamente el día anterior le dijeron que estarían allí aguardándolas… Pero cuando menos lo esperaron, las puertas de la casa se abrieron soltando una fría ventisca que levantó las hojas de otoño, que envolvieron la casa rodeando en un remolino de hojas a Morrigan y a Katniss.
Ellas gritaban y gritaban pidiendo ayuda a su madre, su madre intentaba sacarlas mientras les hablaba para calmarlas, pero después de unos instantes sus dulces y tranquilizantes palabras se detuvieron… momentos después, el remolino cesó, pero cuando Morri y Kat miraron a su alrededor… su madre había desaparecido.
Las hojas del suelo formaron una especie de sendero hacia adentro de la gran mansión de sus abuelos desaparecidos… Antes de seguirlo, Morrigan le pidió a su hermana que se quedara en el auto y que intentara llamar a la Policía con su celular, mientras ella se adentraba al reto más grande de su vida…

Al entrar a la casa de sus abuelos extraviados, Morrigan observó detenidamente el cuadro de sus abuelos y repentinamente el cuadro empezó a cambiar… ¡Su madre apareció en el cuadro junto con sus abuelos! Al ver eso, Morri corrió a unas de las habitaciones del segundo piso, se encerró en ella y comenzó a tranquilizarse un poco y a tratar de asimilar la situación en la que se encontraba…

  • [Toc Toc]… - “Alguien parece tocar la puerta de la habitación”, susurró Morrigan…[Abrió la puerta] ¡Morrigan se encontró con su abuela detrás de la puerta! Y las preguntas comenzaron:

  • ¿Qué rayos sucede aquí? ¿Dónde está mi madre? ¡Responda!
  • (……)
  • ¡No me mire así! ¡Diga algo!
  • ¿Recuerdas?
  • ¿Recordar qué?
  • ¿Los has olvidado?
  • ¿A quiénes?
  • ¿Nos ignoras?
  • ¿¡A qué se refiere!?
  • Sólo tú podías vernos, pero te cansaste de nosotros…
  • ¿Eehh?
  • ¡No estabas loca! ¡Somos reales!
  • Ahora entiendo, yo de pequeña siempre vi gente que no estaba allí para los demás, les hablaba, les contaba mis secretos, para mí eran mis amigos; p-pero mi madre jamás lo comprendió, dijo que tenía el mismo problema que tú, me mandó a doctores de todo tipo, pero nada funcionaba, hasta que de pronto no los volví a ver…
  • Lamento haberte transferido ese don… tu madre está bien… Tu abuelo y yo ya abandonamos esta tierra hace mucho tiempo, pero quisimos volver sólo para devolverte el poder perteneciente a ti, que te quitamos para que dejaras de sufrir… acéptalo
  • ¡A-Aguarda!

Al haber terminado de hablar, el espíritu de su difunta abuela desapareció en un destello de luz… la madre de Morri salió del cuadro y corrió al auto con Katniss mientras que Morri salía de la casa con una sonrisa en su rostro al poder ver nuevamente a todos los seres que la rodearon en su niñez…

El único misterio sin descubrir es por qué Katniss mira hacia afuera de la ventana y sonríe junto a Morrigan…

Carolina Alfano (2° 7)

El alma de Carlos

El castillo se yergue majestuoso frente al lago que, oscuro, era mudo testigo de la noche, noche que guardaba los secretos de todos los que allá andaban.
Carlos, el sereno del castillo, era muy extraño.
Todas la noches subía hasta la habitación más alta y desde la ventana observaba todo el panorama, desde el lago hasta el campo de al lado.
Nada sucedía sin ser visto por sus ojos y escuchado por sus oídos.
Una noche se apareció un hombre a su puerta. Golpeó varias veces, Carlos lo miraba desde su puerta de centinela. El hombre, algo agotado, se veía mal vestido y con señas de haber pasado mal los últimos días.
Estiró su brazo para tocar nuevamente la puerta y cayó de rodillas contra al suelo.
Carlos corrió velozmente escaleras abajo con toda la rapidez que le permitían sus años, que no eran pocos.
Llegó hasta la puerta, abrió, y el hombre ya no estaba. Carlos tomó la linterna de arriba de la mesa y salio a buscarlo, rastreando en los alrededores del castillo.
Dio diez o doce pasos y vio algo entre el pastizal. Tomó un palo largo y trató de abrir el pasto para ver.
Encontró un hombre, pero éste no era el que golpeó a la puerta, era un hombre algo mayor que aquel y un poco más fuerte, el menos a la vista.
Al tocarlo con el palo, Carlos le habló:
-Buenas noches, ¿quién es usted?
El hombre se levantó con dificultad y le respondió:
-Soy Nerens, ¿quién es usted?
Carlos dio un paso atrás y, algo confundido por la respuesta del hombre, se puso en actitud defensiva. Algo de nerviosismo y tensión recorrían su cuerpo, entumeciendo sus piernas.
-Tranquilo hombre, dijo Nerens, sólo busco un lugar para descansar, no tengo dónde vivir, ni adónde ir, ni a quien amar, ni quien me ame. Esa es mi realidad.
Carlos quedo atónito, casi paralizado, no podía reaccionar ante semejante explosión, tan clara y tan real.
-Bien, acompáñame Nerens -le dijo Carlos- sígueme al castillo, allí podrás bañarte, comer y descansar en un lugar acogedor y confortable.
Al llegar, Carlos le preguntó si estaba solo allí.
Nerens contestó que sí y agregó:
-¿Por qué?
-Es que a la puerta vino a golpear un hombre antes que yo te encontrara, por eso finalmente te encontré a ti.
-Mmm, entiendo -dijo Nerens. Sé quien es, se trata de Néstor, un ladrón malviviente que se oculta en los campos.
-Bien, entiendo -dijo Carlos, un tanto nervioso.
Nerens le preguntó a Carlos:
-¿Sucedió algo?
- No, pasemos al castillo... -respondió Carlos.

-Muchas gracias por darme un lugar donde vivir -dijo Nerens una vez dentro del castillo.
-Por nada, me iré a dormir, estoy muy cansado -respondió Carlos.
En el momento que Carlos se fue a dormir, Nerens fue a tomar un baño.
Nerens estaba en el baño cuando de repente escuchó gritos que provenían de afuera. No dudó en ir a investigar. Logró ver a una mujer quejándose y llorando, y a un hombre corriendo lejos de ella. Nerens no le dio mucha importancia y se fue a dormir.
Al día siguiente Nerens fue despertado por Carlos.
-¿Cómo despertaste?
-Bien, pero soñé algo muy raro. Soñé que había un enfrentamiento entre tú y Néstor -respondió Nerens.
Carlos se rió, pues creyo que era una broma.
Ya era muy tarde cuando Carlos decidió ir a buscar la cena.
-¿No quieres que te acompañe? -dijo Nerens.
-No es necesario, quédate cuidando -dijo Carlos.
Pasó mucho tiempo y Nerens estaba nervioso porque aún Carlos no regresaba, le preocupaba que el lugar adonde fue Carlos quedaba pasando el campo donde se escondía Néstor.
Decidió ir a buscar a Carlos. Nerens estaba muy asustado. Encontró a Carlos y a Néstor peleando como lo soñó. Decidió esconderse detrás de un árbol hasta que vio a Carlos caer lentamente sobre el suelo, derramando sangre. Ya era tarde para perseguir a Néstor, que había huido.
Nerens corrió hasta el cadáver de Carlos y encuentró un gran corte en su abdomen, Néstor lo había apuñalado. Nerens volvió al castillo lo más rápido que pudo. Una vez que llegó intentó dormir, pero sabía que no podría dormir, quedó muy impactado después de lo que vio.
Al día siguiente se levantó pensando en cómo deshacerse de Néstor cuando vio un viejo revólver y se dijo en su mente: “Lo tomo y en la noche iré en busca de ese malviviente”.
Eran las doce en punto cuando Nerens decidió salir en busca de Néstor. Llegó al campo y sintió unos fuertes pasos detrás de él: era Néstor.
Nerens cargó el revólver y lo sostuvo con las dos manos, entonces escuchó ruidos que provenían de los arbustos.
De pronto apareció Néstor. Nerens apuntó y rápidamente disparo, pero Néstor se corrió al momento. Néstor se tiró encima de Nerens y lo golpeó. Nerens intentó quitárselo de arriba dándole una fuerte patada en el abdomen.
Cuando Nerens intentó agarrar el arma era tarde, porque Néstor lanzó un cuchillo y se lo clavó en el estómago. Nerens tuvo la fuerza para ejecutar un gran disparo en el pecho de Néstor, quien murió inmediatamente. Nerens siguía con vida, se levantó y, agarrándose la barriga, intentó llegar al castillo pero perdió en el intento y cayó sobre el gran lago, desangrándose en él.
Desde ese momento el castillo fue de una sola alma, el alma de Carlos.


Nahuel Barreiro (2°2)



Una historia de terror


Una tarde en la casa de un amigo, estábamos con dos amigos más en facebook y de repente se escuchó un ruido muy fuerte en el piso de abajo. Fuimos a ver qué era y no había nada. Volvimos a subir. Pasaron 15 minutos más o menos y se prendió la tele, fuimos a ver y no había nadie, estábamos nosotros solos y nadie más. Apagamos la tele y volvimos asustados a la pieza. Luego nos fuimos de la casa y volvimos el fin de semana siguiente. Habíamos olvidado todo lo que pasó y estábamos solos otra vez. Escuchamos ruido de sillas que se movían y fuimos a ver que era pero no había nada. Salimos corriendo y pensamos en ir a jugar al fútbol, pero nos olvidamos de las cosas en la casa y nadie quería volver. Entonces entramos los cuatro juntos y fuimos hasta arriba. Cuando bajamos vimos una sombra que pasó corriendo. Salimos huyendo y nos fuimos a jugar al fútbol.
Decidimos hacer una pijamada en la casa mis dos amigos y yo. Pusimos cámaras para grabar lo que ocurría en ella y tener pruebas por que nadie nos creía. Esperamos 2 horas. Aproximadamente a las 3:30 de la madrugada se prendió repentinamente la tv y nadie quería ir a ver qué era. Jugamos piedra, papel o tijera y el que perdiera tendría que ir. Quien perdió fui yo, tuve que ir y apagar la tv. Fui y vine corriendo. Los tres estábamos asustados, cerramos la puerta, hicimos como que no pasaba nada y seguimos jugando al play.
Más tarde, solo, de la nada, se rompió un espejo del comedor. Vimos el vídeo que estuvimos grabando y notamos que cuando se rompió el espejo pasó una sombra bien negra junto a él y luego la sombra lo traspasó rompiéndolo en mil pedazos cuando. Al ver el episodio nos asustamos mucho, salimos corriendo de la casa y mostramos el video a todos los que no nos habían creído. Al final no volví a entrar en esa casa y mi amigo se mudó a otra. Pero esta vez vamos grabar todo lo que pase para prever si hubiera fantasmas.


Santiago Gómez (2°5)


Taller supervisado por el docente de Idioma Español, Prof. Alejandro Leis, y la docente de Literartura, Prof. Adscr. Elba López

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